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Hace ya demasiados días que llueve. Llovió en el sur, llueve en el norte. Y yo en el medio. Y eso que ya debería estar acostumbrada. En Paysandú, donde nací,siempre llueve en abril. Bueno siendo sincera, llueve en abril si Semana Santa, cae en abril. Y aqui en Galicia, en Santiago, ya se sabe.El paraguas es otro apéndice.
La radio y la tele no paran de dar recomendaciones. Hoy comienza la siempre fatídica operación salida. Mas de diez millones de coches se moveran y se sabe que muchos no llegarán a destino. Parece un nuevo via crucis.Ir por la carretera, parando y rezando a santos perversos. Y finalmente pasar frente a un revoltijo de hierros.
Sabina quiere, canta de fondo, ser comunista en Las Vegas,insumiso en el cielo o arañazo en tu espalda. Yo hoy solo quisiera desaparecer.
Incluso en la semana santa de mi pueblo.
No vayan a creer que alli somos muy devotos. Al contrario. Somos dueños de una irreverencia que solo ahora a la distancia puedo valorar.De domingo de Ramos a Domingo de Pascua, mientras el mundo cristiano se dedica al recuerdo de un martir que todo el mundo tiene olvidado. Nosotros, nos emborrachamos. Literalmente. Porque celebramos La Semana de la Cerveza. Pese a las Ana Gros y Diva Masdeu y curas Piaggio madres protectoras de nuestra santidad.Cientos de barrilitos rodeados de doradas niñas, alegran la costanera (alameda) de la ciudad. Puestos de venta de chorizos, rebozantes de pepinillos, setas y pimientos, decorados con mostaza y kechup, en estéticas bolsas de plastico,ponen contrapesos a los litros de fermento.Miles de campamentistas, llegados de todo el país, ponen el aroma adecuado al entorno.Los niños berrean por las ferias de tiovivos, montañas rusas y sillas chinas.Artesanos de bragas (bombachas)chinas, videojuegos paraguayos y mates de la pampa interior, se mezclan en increíble cambalache.Dos escenarios, uno para niños y otro para adultos convocan a cientos de miles.Hay tanta gente que los niños perdidos desfilan por el escenario clamando por sus madres.No hay un centimetro de suelo sin pisar.Por los altoparlantes se mezclan, cumbias, folklore, rock y singles cerveceros. Un pandemonium al que paradojicamente hoy hecho de menos. Y eso que la semana de la cerveza (no la se nombrar de otra manera) fue siempre una fuente de frustraciones para mi. También de la alegria de actuar para mas de 5000 niños, justos seamos.De niña, escuche un no rotundo todas las veces que me quise montar en los juegos de la feria o quise comprarme una de la horribles pulseritas que al lunes siguiente en clase todas las niñas lucirían menos yo.De adolescente soñé al igual que mis amigas ser de las chicas del barrilito. Todo el mundo se te acerca y te piropea.El sueño erótico por excelencia. En esa época uno no diferencia que hable el alcohol o no.Pero claro alli solo accedían las doradas.Mi reivindicación llegó cuando lanzaron la cerveza negra. Ahí si me contrataron. Aunque tiene razón Marilyn. Ellos las prefieren rubias. Asi que la desazón continuó.De mayor, la amargura de tener que decir yo, no a todo, porque si no los números no llegaban a mitad de mes.
Y ahora que los números darían. Sobran las distancias.
Conté el otro día en El Corte Ingles, como cuarenta clases diferentes de cervezas.Iré a la tarde y comenzaré mi semana santa.Ya lo dice mi horóscopo hoy, no permitas que tus hábitos negativos te dominen, la palabra clave es trasformación.
Yo soy de las que creo que si nos anestesiaran todos aceptaríamos los cambios. Asi que me daré una dosis de formol cervecero y ya os cuento que ha cambiado. Como dicen por mi tierra estos días:»semana de la cerveza, semana de la alegría, olvidemos las tristezas y vivamos la alegria» En esa profundidad me sumerjo.

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