Me resulta curioso que la fuente más famosa de Creta fuera construída por alguien cuya madre se ahogó salvando a su padre.
Dicen que a Francisco Morosini, le obsesionaba el agua, lo que no es de extrañar, a punto tal que es el responsable de la mayor red de acueductos de la isla . Se dice que la tradición de servir siempre un vaso de agua a toda persona que se sienta en un bar o restaurante, viene de ahí.
Lo cierto es que éste veneciano mandó construir en 1628 ésta fuente completamente decorada por tritones, delfines, monstruos marinos…
La recorremos fascinados, mientras los paseantes a la sombra beben agua y miran sus teléfonos, sin ver lo que tienen delante…
