Un domingo para vivir historias
Llegamos a su casa, preguntando por otra. Se ofendió cuando dije que estaba a fotografiar lareiras (cocina tradicional gallega) y desconocía lo bonita que era la que tenía ella.
«Me llamo Emérita, dijo abriendo la puerta. Pasen a ver mi lareira. Sentar junto a ella en el escaño (banco), fue entrar en otro tiempo. Fue pasar del otoño al invierno.
Colgó en la gramalleira (cadena de la que se cuelgan ollas y cacharros para cocinar) el artilugio de asar las castañas, su sobrino, Juan, trajo auguardiente y chorizos. El sonido de las castañas removidas por la mano firme y nervuda de Emérita, fue un mantra que nos hechizó.
En un oinstante llegaron los cuentos de lobo, los cuentos de montaña, de caminos por los que no hay que andar por la noche.
No se si fue por la parva, esa sucesión de rodajas de chorizo sobre castaña asada, bajadas por la garganta con vasos de caña, o por la voz de Emérita, que cuando salimos de la casa, fuera, en la ventana, me pareció ver unos copos de nieve blanca iluminados por los rayos dorados de un sol pequeño que nos miraba desde los Ancares.
Acomodé el cuerpo al peso de mi equipo fotográfico y caminé por la calle central d ela aldea, buscando la Casa de la señora Otilia, mis pisadas hacían sobre el cemento el mismo ruido de las castañas asadas…chás,chás,chás.
Aldea de Meixide. A Veiga.Ourense

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