Luego de días,casi todo marzo,por esos caminos de dios,volver a casa y encontrarte esto es una verdadera alegría.
Da igual que mi ordenador se niegue a dejarme escribir aes,eses,es y zetas,da igual que llueva y que el cansancio no me deje ordenar el caos de maletas y vestuarios,uno mira hacia la terraza…
y el corazón se anima.