Esta semana, ya se hace sentir el airecito de las vacaciones incluso en lo que estoy leyendo.
Hay de todo, como en botica. Merced a que en el Círculo de lectores, cada día vienen más libros en plan templarios, sábanas santas y autores mediocres que escriben incluso sobre un código que solo existe en la ficción, me vuelvo loca para elegir algo. Así que recomendado por Manuel, me pedí uno de Reverte, ya que solo había leído La Reina de los mares del Sur y algún Capitán Alatriste (a ver que queda de la historia en a peli protagonizada por el guapo Mortensen de El Señor de los anillos), pedí «La tabla de Flandes», un libro de aventuras. Parece que a finales del siglo XV un viejo maestro flamenco introduce en uno de sus cuadros, en forma de partida de ajedrez, la clave de un secreto que pudo cambiar la historia de Europa. Cinco siglos después, una joven restauradora de arte, un anticuario homosexual y un excéntrico jugador de ajedrez unen sus fuerzas para tratar de resolver el enigma. La acción les conducirá a través de una apasionante pesquisa en la que los movimientos del juego irán abriendo, las puertas de un misterio que acabará por envolver a todos sus protagonistas.
De Carmen Posadas, he cogido una edición de bolsillo de una recopilación de cuentos de la uruguaya ganadora del Planeta del 98. Bajo el título «Nada es lo que parece» se reúnen catorce relatos a los que la propia autora encuentra tres puntos en comun:el humor, la psicología humana, especialmente la masculina y el desenlace imprevisto.
El nivel es un poco desparejo, pero es uno de esos libros agradables de leer al sol, porque al fin y al cabo esta escrito por una muy buena escritora.
De Martín Casariego “Nieve al sol”: en el Madrid de los años ochenta Rafa está perdidamente enamorado de Diana, la novia del jefe. Cegado por la pasión y la locura de conseguirla idea un arriesgado plan que les permitirá huir a Roma y vivir por fin su amor en libertad. En Roma, veinte años después, Rafael es un espectro de sí mismo, un hombre acabado, sin ilusiones ni esperanzas, marcado por los recuerdos de un pasado con Diana que nunca pudo hacerse presente. Inesperadamente, en su monotonía gris de borracho sin más ocupación que beber su dolor, irrumpe una nueva Diana asombrosamente parecida a su antigua obsesión. «Nieve al sol» es la última novela de Martín Casariego (Madrid, 1962), autor de obras como «Qué te voy a contar» o «La hija del coronel».
De José María Merino “Cuentos de los días raros”, estas historias suceden en un espacio poco común en las letras españolas contemporáneas, e incluso antipático para algunos lectores. Se trata, claro está, del mundo de lo fantástico, de lo extraño y lo insólito, que ciertos sectores del público y de la crítica tienden a mirar con sospecha o con una displicente suficiencia. Relatos como “Mundo Baldería” o ”El viaje secreto” hablan, en realidad, de la importancia de la lectura en la configuración de la personalidad y en la creación de espacios de fantasía que contrarresten el peso de una existencia gris y monocorde. Destaco, “Papilio Síderum”, uno de cuyos personajes, la enigmática Elisa, excita al protagonista a una fantástica búsqueda de su verdadera (y asombrosa) identidad con una frase que inevitablemente trasciende el ámbito del cuento para proyectarse sobre el ánimo de quien lee: “¿es que no sabes quién eres?”
Y Muralla me generó pequeña envidia así que rebusque en los estantes y rescate «Merlín» de Álvaro Cunqueiro.Este maestro de la cultura medieval y celta fabula de maravillas, solo decirles para los que no saben, que “Merlín vive en la selva de Esmelle, donde la frontera entre lo visible y los invisible no existe.
Hasta allí van para que les reparta sus saberes mágicos el flautista John Flute, la sirena doña Teodora, un diablo perfumista y otros pobladores de un universo mítico, cuya característica esencial es la cotidianeidad».

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