cafe.jpg
Seguramente parecerá una tontería. Pero ha sucedido algo que me ha alegrado la ventosa mañana. He ido a mi curso de natación y luego me he reincorporado a mis clases de tai-chi. Pues alli me encontré con varias caras conocidas, del curso anterior. Y con varias de ellas me he ido a tomar un café a la salida. Hasta ahí normal. Normal para alguien que es de aqui. Para alguien que lleva toda la vida teniendo sus amigas aqui.Para mi, que he atravesado mares y montañas para estar donde el corazón está mejor cuidado, es una maravilla. Llevo ya dos años aqui y tengo amigos heredados, el círculo de mi Manué, que generosamente se ha abierto para hacerme sitio. Pero hoy fue charlar animadamente, con la camaradería de los gustos comunes y de los espacios por descubrir, conque una se va con un grupo de gente a un café.Con gente que conoci yo solita. Todas mis amigas han quedado lejos y hecho mucho de menos el tener mi grupito aqui. El de ir al cine,el de reir, el de hacer compra, el del café. No os imaginais lo bien que me siento. (Me parece sentir la voz de mi peor es nada, diciendo:»tranquila,tiempo al tiempo, ya lo conseguiras») Hoy me senti que yo también tengo un lugarcito para mi. Me sentí tan calentita como el café con palmeritas que me tomé.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *