No se que extraña malsanidad, me lleva a decir versos religiosos, cada vez que estoy en situación de desorden. Ya sea moral o físico.
Hoy, de los dos.
Hace un par de horas que estoy frente al ordenador, sin escribir lo que tengo que escribir y sin ponerme a limpiar lo que tengo que limpiar y sin ponerme la ropa de calle para hacer las diligencias que debo hacer. Ni nada. Nada de ná.
Hace cuatro días que tengo sentimiento de culpa, por no escribir en la bitácora, por no mirar las facturas, por dejarme llevar por una energía superior que me tumba en el sofá a perderme con Houellebecq, por todo.
Y eso que entre paso y paso me saltan mil entradas ingeniosas.
Pero presionar las teclas me parece un esfuerzo titánico.
Tengo posit amarillos por toda la mesa con notas de cosas que debo hacer, pero no hago…por mi gran culpa

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *