Paseando por Praga-(recuerdos mientras voy de Sarria a Combarro de Cedeira a Caldas-#DíadoLibro23)
A poco metros de la calle Venceslau entrando en el Nové Město (Ciudad Nueva)…un pequeño tesoro.
El Kavárna Lucerna, Café Lucerna, una joya art deco que los locales tienen como respiro de las hordas de turistas.
Ya os hablé de ese maravilloso laberinto de galerías, que son micromundos sociales, comerciales y culturales, pues ésta se lleva la palma.
El Pasaje Lucerna fue uno de los primeros complejos de este tipo, de ocio multidisciplinar, que hubo en Praga. Se construyó entre los años 1907 y 1921. Y su cine, fue el primero de la ciudad.
Al entrar un caballo inmenso cabeza abajo te lleva la vista, es la estatua ecuestre de un escultor checo David Cerny, bastante controvertido por sus obras, que representa a San Wenceslao.
Al subir las escaleras despacio imaginas estar en un ascensor, a otra época. Al entrar al café, un piano de cola, lámparas doradas y una doble barra.
Por aquí pasaron, cantaron, bailaron y tocaron, Ives Montand, Maurice Chevalier, Louis Amstrong, Ella Fitzgerald, Josephine Baker, Viktor Ullmann entre otros.
En medio de las voces bajas, se cuela una melodía, o la imagino.
Los camareros sirven cafés, tés, copas de champagne o gin tonic entre las mesas.
Tenemos entrada para la Biblioteca Clementinum, así que terminamos el café, y bajamos prometiendo estar una tarde entera en una de esas mesas, junto a los vitrales, con un libro y una buena copa.
Siempre hay que dejar algo pendiente en los viajes.

 

 

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