Fachada sur

O cumples los plazos o le damos la obra a otro, dijo el rey. Y Leodegarius no se lo tomó muy en serio, siguió acumulando retrasos y ahí está la fachada que demuestra que el rey estaba hartito y lo mandó con viento fresco de regreso a Borgoña.
Llamaron al maestro constructor de San Juan de la Peña y éste terminó la obra.
Cierto es que se nota muy bien donde termina el trabajo de uno y empieza el del otro, pero en su conjunto, la fachada sur, de la iglesia de Santa María la Real es maravillosa.
Puedes estar horas observando cada trozo, cada arco, cada columna, pero si algo se me queda en la memoria es la leyenda de Sigurd que aparece narrada a la derecha de la fachada.

Sigurd, protagonista de sagas y cantares , nació en medio del bosque. Al morir su madre en el parto , creció entre animales, pero luego el herrero Regin, le enseñó el oficio y la forma de matar a Fafner, el dragón custodio del tesoro de los nibelungos en el Brezal de Gnita.

Éste tesoro, fue el pago de los dioses a los gigantes que construyeron el puente para cruzar al Valhalla. El tesoro fue escondido en una cueva y custodiado por el dragón.
Los enanos nibelungos, verdaderos dueños del oro que allí se guardaba, no en vano fueron ellos los que lo extrajeron, cuando supieron que el hijo del rey Sigmundo deambulaba huérfano por los bosques, enviaron a Regin a educarlo.

Así fue como Sigurd forjó nuevamente la espada mágica, que había pertenecido a su padre y con ella atravesó el corazón del monstruo, en cuya sangre se bañó para hacerse invulnerable. Sólo un lugar de su espalda —donde se había pegado una hoja de tilo— no fue bañado por la sangre y al igual que Aquiles, tendrá en un lugar de su cuerpo, un punto débil, que lo hará mortal.

La tercera de las cuatro óperas del Anillo de los Nibelungos que compuso Wagner, narra las peripecias de Sigurd (Sigfrido)

Pero el recorrido a Santa María no termina aquí, conviene entrar y disfrutar de la visita guiada, en temporada baja, que fue nuestro caso, por los jubilados voluntarios, que con mucho cariño describen retablos, artesonados, curiosidades etc.
Como nos dijo el señor «Soy vuestro jubilado» 🙂


Y así paseamos conversando, cada rincón de la iglesia tenía una anécdota para éste profesor, delante de la virgen de la Nora, una imagen románica del siglo XIII, de una pequeña que había estado esos días, delante de las rejas románicas, la leyenda del caballero Roqueamor…

Un lugar para no perderse, si andan por Navarra, visiten Sangüesa.

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