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Hay veces que uno camina las calles de un pueblo, para conocer, para explorar, para pasear, para matar los días de vacaciones. Y hay veces que esos pasos, no solo te muestran un palacio, un cruceiro, una iglesia o un mar.Hay veces que uno camina para encontarse con la memoria de la persona amada. Entonces las cosas cobran otra dimension. Porque no es solo un pueblo, es cada una de las entretelas del corazón de la persona que camina contigo por la vida. No ves un colegio, ves el patio testigo de los primeros sueños. El mar es la caricia de noches anteriores, a tus noches. La escalera de la casa de la noble del pueblo, es el castillo donde fue primer caballero. La biblioteca conoce de sus primeros amores. Los rincones hablan de sus primeros besos y el alma puzzle se acomoda en tu certeza y se convierte en la alegria de un encuentro cierto.
Cari, gracias por dejarme entrar.

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