“Fue un encuentro poco corriente entre el amor y la ternura. En su camino no había duda, tenía nombre de flor, vivía rodeada de palabras, adjetivos traídos por los pelos, verbos que crecían como la hierba.
Algunos se colaban de forma oscura, pero ella atravesó mi cascarón y se coló con dulzura hasta mi corazón.
En las historias de amor no siempre hay solo amor, a veces no hay ni un te quiero y sin embargo, queremos.
Fue un encuentro poco frecuente, la conocí por azar en un banco de la plaza, no abultaba mucho, no era más grande que una paloma con sus pequeñas plumas, allí estaba rodeada de palabras, nombres comunes como el mío.
Me dio un libro, luego otro, páginas que estallaron ante mis ojos.”

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