«-Tu tarea es caminar-respondió la abuela-.Un cuerpo inmóvil se limita a si mismo,un cuerpo en movimiento se expande,se vuelve parte del todo,pero hay que saber caminar ligero,sin cargas pesadas. Caminar nos llena de energía y nos transforma para mirar el secreto de las cosas.Caminar nos convierte en mariposas que se elevan y miran en verdad lo que el mundo es.Lo que la vida es.Lo que nuestro cuerpo es. Es la eternidad de la conciencia.Es la comprensión de todas las cosas.Eso es dios en nosotros,pero si quieres,puedes quedarte sentada y convertirte en piedra.
Como respuesta,la niña sacó de su pequeño morral todas las piedras que había juntado y le dio la mano a su abuela para seguir caminando.
Malinalli no se volvió a quejar y,poco antes de llegar,descansaron del sol del mediodía dentro de una cueva que tenía un eco. La niña, con asombro, descubrió que el eco le regresaba las palabras. La abuela le explicó que por eso es tan importante honrar las palabras.Cada sonido que emitimos navega por los aires,pero siempre viene de regreso a nosotros.Si queremos que en nuestros oídos resuenen palabras justas,no hay mas que pronunciarlas con anterioridad.»

De Laura Esquivel del libro «Malinche»

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