Una de las alegrias que me ha deparado el carnaval de este pais,no se relaciona ni con bailar,ni con disfraces, ni con desfiles.
Tiene que ver con el ultimo atracón antes de que llegue la austera cuaresma,cada día menos celebrada.
Me refiero a los dulces.»Doces de entroido».
Desde que vivo en Santiago,día a día recorro las diferentes pastelerías que hay en los caminos de regreso a casa para «catar» las «orellas» y las «filloas».
Como uruguaya estas ultimas no me eran desconocidas ya que alli las preparamos para hacer panqueques de dulce de leche o para rellenar de carne picada,acelga o cualquier cosa que nuestra imaginacion deje a mano y también se le llama filloa (yo que creia que era una palabra uruguaya)
Pero claro,lo bueno era hacerlas asi que manos a la obra,mi aporte al carnaval ha sido hacer orellas y filloas.
Aprovechamos también para comer el típico lacón con grelos y el «caldo de ósos» (huesos de la matanza del cerdo) de Taboada.
Alli también probé las filloas de sangre.
Me quedé con ganas de probar la «vincha» pero lo compensé viendo duelos de «Xenerais» por Segurde.
También puede uno endulzarse con galletas de xiá,rosquillas,hojas de limón,buñuelos,flores de masa,torrijas,leche frita,tartas de almendra…
Esta semana toca correr para bajar todas estas calorias