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Es lo que se merece el público uruguayo en las islas. Aparecían cargados de nostalgias y evocaciones. Cada historia era seguida con un asentimiento, con un:-«asi es». Tarareamos retiradas y las manos repiqueteaban de tamboriles lejanos.Los locales, nos miraban compartiendo el reencuentro, no en vano fueron canarios los que fundaron Montevideo.
La sorpresa: una cara conocida, que no podía ubicar. Al final se acercó. Te acordas de nosotros Soledad? Del Jardin Colores en la Union Ferroviaria? Eras la profesora de Expresión de Santiago. Cuando emigramos de las pocas cosas que se trajo, vino tu cassete, aquel de cuentoss y canciones.
Tres años tenía entonces el niño grande que ahora me miraba con ojos de estaigualita.
La emoción se desbordó en lágrimas y se repitió cada vez que un puñado de uruguayos saludaba desde la platea.
Ademas, todos teníamos brillos nuevos en llos ojos, los de la esperanza del nuevo tieempo que ayer empezó en El Paisito.
Ya lo decía Zitarroza: No te olvides del pago si te vas pa’ la ciudad, cuanti mas lejos te vayas mas te tenés que acordar

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