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Segun el calendario, a las 13 horas de hoy, comenzó el invierno. Y yo me he puesto a juego con él. Tengo todos los catarros y resfriados de cien demonios.
Estoy harta de toser. La cabeza esta tan embotada que lo único que puedo pensar es en ser chiquitina y que venga mi abuela con todas aquellas tizanas caseras. Quemadillos de «huaco», «nispero» o «anacahüita». En la casa había un hierro «griposo», si, en un jarro de esmaltado se quemaba el azúcar con ese hierro que primero se había puesto en las brazas de la chimenea, luego se le agregaban rodajas de limón y se seguía quemando, luego las hojas y finalmente el agua. El vapor ruidoso que manaba del jarro desparramaba por toda la casa un aroma delicioso. Pijama de franela, «zoquetes» de mil colores y con una pila de «Patoruzitos», «Isidoritos» y «Batman», marchaba a la cama a curarme.
Hoy, ya nadie hace remedios de esos, es mas, cuando menciono alguna de estas hierbas, por lo menos por aqui, nadie sabe de que hablo. Aspirina santa, reina y si es posible esfervecente, que es mas rápido. Es que hoy en día ni tiempo para enfermarnos tenemos. Claro que hablo de esas nanas, que se curan pronto, de esas que se pasan mas rápido, con mantita, libro y mimitos.De esas que te dejan a lado de la ventana mirando como el amigo árbol se queda desnudito.

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