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«Centenares de personas se concentraron hoy en la Praza do Obradoiro, de Santiago, con motivo del Día Internacional de la no violencia contra las mujeres.
La plaza lucía un manto multicolor porque mientras se celebraba la concentración grupos de mujeres y algunos hombres cosían uno tras otro los retales que forman el colorido tapiz que cubre cerca de la totalidad de los 8.000 metros cuadrados que tiene el Obradoiro. La alfombra gigante servirá para hacer bolsos y recaudar fondos con fines sociales»
Esto es un trozo de la fría noticia que salio hoy en el periódico, pero para quienes estuvimos alli. Fue mas que eso, no fue solo cubrir una plaza con telas que cada quien unia con otra, puntada a puntada. No, las que fuimos alli hubieramos preferido estar en otro sitio. Que esa representación no fuera necesaria. Cada trozo de tela era una de nosotras que era golpeada.
¿Dónde coso? Dijo una voz, donde quiera, dijo otra, esto es como la sociedad, siempre hay un roto para coser, un agujero para tapar. Había telas de miles de colores, como cada una de las manos que cosian. Por la plaza se diseminaban corazones, manos de tela, consignas, lazos negros. La representación de miles y miles de voces que quieren decir basta. Que se seguiran oyendo mientras alguien maltrate a alguien. Aunque de verdad, lo ideal sería que no existiera un día como hoy, que nos recuerda que por mas que elevamos la voz, aun hay mujeres acalladas a golpes.
Mientras asi sea, alli estaremos.

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