El martes era fiesta por Madrid y el sol se había unido. El avión llegó en hora, el tren también y mi ánimo estaba calmo. Todo rodaba bien. Al llegar al Centro cultural me encontre con Mercedes, para los amigos la Bruja Finita que auspiciaba de anfitriona. Vimos el espacio y me pareció muy bonito. Escalonadas estaban mesas y sillas, divididos en tres sectores, la foto corresponde al centro, hay dos mas, si justo he colgado la que no sales, ponme un mensaje que la cuelgo, dime donde estabas sentado.
El público era variado, de todas las edades. El mas dificil, ya que si cuentas para los mas pequeños se aburren los mayores y si solo lo haces para los grandes los pequeños no entienden, se aburren y hacen ruido. Menos mal que tengo repertorio, pero tuve que echar mano a todo mi despliegue corporal para atraer la atención de tres o cuatro pequeñines, que no se lo estaban pasando tan bien como sus abuelas y madres, asi que como siempre, los metalenguajes y los mensajes subliminales surtieron efecto.
Es algo muy dificil de hacer entender al público y a veces a las encargadas de bibliotecas, que las contadas, no son para todo el mundo, por lo menos no todos mezclados. Aqui por ejemplo se había dicho de cuatro años para arriba. Pero esa edad no fue muy respetada. Por consiguiente los cuentos de erizar los pelos de miedo, no salieron a escena. Yo prefiero contar dos veces, una vez para los super chiquitos, que hay historias, preciosas y en cantidad y luego para los mayorcitos, entonces todos la pasamos bien. Porque mi miedo, a veces corroborado, es que si forzamos a un niño a tener una actividad impropia de su edad, por mas beneficiosa que esta sea, a la larga termina detestándola, o haciéndose una idea equivocada. Porque si es pequeño y oye historias de mayores, no entenderá y pensará que los cuentos son un rollo patatero y si es mayorcito y oye los de pequeños creerá que todos los cuentos son un poco insulsos o incluso tontos. Hay cuentos para todos los gustos y para todas las edades, hay que saber buscarlos y entonces se lo pasa uno super bien.