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Estaba en casa de una amiga, ya que hoy tocaba comida de chicas. Llegó su novio y de lo mas entusiasmado nos contó la nueva tendencia, lo «cull». El «pokia», que consiste en poner el pirripiche del manos libres conectado al tubo de un teléfono de los ultra viejos, y llevarlo colgando del bolsillo. O sea, te suena un móvil de última generación y atiendes con un tubo de hace 30 años.
No tengo nada contra las tendencias, al contrario, se que muchas veces he generado o formo parte de una de ellas. El problema es el estrés, que esto conlleva. Es decir, hoy es esto, mañana, aquello y traspasado algo que olvidaremos a la siguiente semana, pero el tema es que sea nuevo, aunque lo nuevo sea llevar algo viejo.Yo que nací en un país donde los zapatos los usaban los tres hermanos y la radio era la que se usaba hasta que durara, a veces me siento mal en esta vorágine de consumismo. Al fin y al cabo se reduce a eso. A comprar. A aburrirme de lo que compre ayer, para buscar otra cosa mañana.Sin embargo no oxigenamos nuestras cabezas, yo por lo menos, con la misma frecuencia con que nos subimos a una moda. Ya se que muchos me dirán, es cuestión de no seguir la corriente, pero es que,hasta hay una tendencia que es la de no hacer lo que hacen los demás si quieres pasar de los colores de este invierno y te quedas con el negro, serás «gótica» y si te alegras el cuerpo con flores «pradiana» y si eres sencilla, «minimalista» y si te caricaturizas a ti misma «wartholiana». O sea que no hay manera.
O si, correr por la vida tras tu sonrisa verdadera, la auténtica, la que te salió por reflejo cuando sentiste el olor de la teta de tu madre. La de aquella época que decían las viejas, sonreías porque estabas jugando con los angelitos. No se si será la mejor tendencia, pero seguramente es la única que nos instala en la sorpresa de un camino nuevo. A propósito, eso se llama «New Age»…

4 thoughts on “Corriendo

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