Hace unos meses, vimos un reportaje sobre ellas y decidimos que teníamos que ver esa maravilla con nuestros ojos.
Siguiendo las instrucciones de la web, solicitamos la visita guiada, la mejor forma de descubrir las llamadas joyas medievales de la Llanada Alavesa.
Son tres iglesias pequeñas, escondidas en aldeas a juego, que sorprenden con lo que esconden en su interior.
La visita comienza en Añua a las 10,30 en la Iglesia de la Natividad de Nuestra señora de Añua.
Llueve y pese a eso, no me resisto fotografiar la iglesia desde el puente por el que se accede.
Nuestro regalo de Reyes, es 6 de enero , comienza cuando llega Ander Gondra de Álava Medieval.
Nos cuenta, fotografías en mano, como la iglesia tuvo anexos, hoy retirados, que se usaron como casa, escuela, rectoral etc.
Me encanta ver la huella que la época de la escuela dejó en los muros. Pequeñas cazoletas y grafittis que los niños hicieron con sus canicas.
Antes de entrar al edificio rodeamos las iglesia para observar el magnífico ábside ochavado de cinco paños que ejemplifica a la perfección el paso del estilo románico al gótico.

Capítulo aparte merecen los canecillos de Añua: una cabeza cubierta por una piel de león con las fauces abiertas, un león con la garra levantada y una bola bajo ella, una cabeza de toro, un juglar con sombrero picudo, un mascarón con grandes ojos y lengua colgante, una dama con tocado en actitud exhibicionista, un hombre que también está mostrando su desnudez, un cantero con pico, un monstruo con dientes afilados. Una enciclopedia de códigos moralizantes de la época, pensados para aleccionar a los feligreses y a los peregrinos que usaban esta ruta que más adelante se junta con el camino francés que baja desde Roncesvalles.

Las ventanas también están decoradas con damas con barbuquejos, arpías, flores, ángeles…
En los muros podemos leer el paso del tiempo y los distintos agregados arquitectónicos.

Ya dentro apreciamos los restos de policromía en el ábside.

En ventanas…

En capiteles…

Y en el lateral una pintura, que fue trasladada de su original ubicación en el exterior.


Se trata de la representación de una ciudad medieval amurallada, con torreones entre los lienzos de muralla y torres y chapiteles en el interior. Una serie de banderas decoran la ciudad, que podría tratarse de una representación de la Jerusalén celestial. Una autentica preciosidad.

La iglesia ha tenido ampliaciones en distintos estilos, pero toda ella en su conjunto es una pequeña preciosura.

Me detengo en los trazos del ábside, Ander nos hace ver que en Alaiza entenderemos más de lo que aqui aparece.
Salimos para seguir con nuestro coche al guía que bajo la lluvia nos lleva de Añua a Alaiza a unos 10 km.
El campo luce tremendamente verde, el cielo está toldado de nieve. Pero nosotros reímos felices, maravillados del regalo que nos ha tocado.

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