jerez1.jpg

El sábado a la tarde, viaje a Jerez. Tempranito comenzaron a llegar los amigos con los ojos espectantes.
Un público precioso. Por momentos no volaba una mosca. Algun amigo de la segunda fila se durmio un ratillo. Pero la mayoría, rió, se asustó, se emocionó, cantó y bailó, al son de «Tin Marin». Terminamos tan amigos que nos hicimos fotos juntos, nos intercambiamos correos y nos prometimos reencuentros. Incluso las abuelas que nunca habían ido, han prometido seguir concurriendo a las otras contadas. Asi da gusto. Que os enamoren los cuentos. Cómo me dijo una mamá en Sevilla:-«que gusto sentirme niña otra vez»
Y eso uno lo puede hacer cada vez que se atreva a pasar al mundo de Nunca Jamás, o de Siempre podré o de Había una vez…
Solo hay que dejar que la imaginación nos coja de la mano y nos lleve a volar.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *