Siempre he creído que si el día del Tratado de Tordesillas a alguien le hubiera temblado la regla o fallado el ojo y la línea que partió el mundo se hubiera movido un centimero, otra sería mi historia.
Tal vez habría nacido en Uruguay si, pero mi lengua no sería castiza, sino lusa y mi abuelo con sus colunas, carozos, mulher, feijoadas y farinhas, no hubiera sido un malhablado sino un portugués mas.
Así que cuando decidimos que otro año (y van cuatro) bajaríamos en Semana Santa a Portugal, no me importó, al contrario, me ilusioné mucho con la guía recién comprada. El norte del país y Lisboa ya están vistos así que buscamos asesoramiento profesional para descubrir sitios nuevos y buenos, amen de una lista de restaurantes y vinos.
A lo largo de los días trataré de contar este viaje precioso, que se puede resumir en (respiro hondo) entrar a Portugal, luego de sortear la autopista de pago dirección Guimaraes,primera parada en Citania de Sanfins ,luego Citania de Briteiros,comida en Sao Giao,buscar Mogofores,conductores portugueses!,desvío de Anadia,Quinta San Lourenço,un trozo del paraíso entre vides en la tierra, cena en Casa Batista, despertar con los petardos de jueves santo, paseo por Aveiro,moliceiros de colores, ovos Molem, queijadas,bolos de arroz, carretera a Bussaço,conductores portugueses, bosque de duendes, villas palaciegas,glisinas en flor, comedor de ensueño, balcones de cuentos, comida de antología,Luso bajo lluvia,km de carretera de cochinillos ensartados hasta Mealhada,Pedro dos Leitoes con vino espumante, conductores portugueses,Alcobaça y los amores de Pedro I e Inés de Castro,Batalha y sus pórticos Manuelinos, la Batalla de Aljubarrota,peregrinos a Fátima, parada en Anças donde aun hay gente con pasión por su trabajo, conductores portugueses, casa D`Óbidos con una marquesa piel papel de arroz, procesiones romanas, ensalada digestiva, carteles de ginja barata degustada por guiris,Maffra y su biblioteca de ensueño,Ericeira,pescado con olor a leña, mar tan azul que pinta los muros,Peniche colgada de acantilados, pescadores en el abismo, en alguno de estos días estuvo Conímbriga y sus mosaicos romanos en villas inmensas, pero no puedo recordar cuando, glicinas en flor, portugueses locos al volante, regreso a casa Allo y aceite es un punto y seguido.
