Como por encanto llegamos a San Martiño de Mondoñedo, una de las catedrales más antiguas de España, en una mañana de sol. Un cielo azul, precioso era el marco incomparable a éste lugar donde se cruzan las leyendas y la realidad.
La reina Urraca I ltraslada la sede episcopal desde éste lugar a Vallibria, la actual Mondoñedo, pero la catedral permanece en su promontorio señorial y majestuosa.
Única.
Parece que el obispo bretón Maeloc anduvo por aquí, en lo que fue el Monasterio Máximo, pero de todas las historias la
que siempre me enamoró y que creo fue de las primeras que conté, está la del obispo Gonzalo.
La mezcla de vikingos, ataques, miedo y magia (algunos dirían milagro) son ingredientes maravillosos para un cuento en el que ando trabajando y que a ver si éste verano de tiempos raros me deja terminar.
De alguna manera se completa, años después, un camino que comencé a andar entre toxos y silvas.
Para que nos entendamos, en ésta casa se puede hablar, a nivel de intereses históricos, de diferentes épocas.
Tiempos todos que condicionan nuestro accionar.
Y ojo, que culo inquieto como somos, cada época significa solo la pincelada gruesa de nuestros intereses, por debajo y por encima, siguen conviviendo mil cosas más que nos atraen y a las que dedicamos tiempo con pasión.

Pero la cosa se puede dividir en:

XVII-X AGF: Mundo Castro que comienza el día que entramos por un túnel de toxos que mi consorte definió como camino de jabalíes y nos sentamos entre las piedras del Castro Lupario con los carballos como techo y el musgo como cojín.
Hay que decir que un jabalí en el imaginario de una uruguaya era un bicho de 400 kg que se me podía aparecer en cualquier momento y así y todo resistí.
X-VII AGF: República de Hombres Libres- Rastreo constante de huellas y restos de murallas en lo alto de cualquier monte que se precie, que evidencie la presencia de construcciones defensivas en tiempos convulsos. Léase piratas vikingos, beréberes, vascos, etc etc
VIII-IV AGF: Segunda guerra mundial y sus conexiones con la guerrilla, restos de búnkeres, antenas, bibliografía, cuevas, cobijos etc
III-hoy en día AGF: Romanos- Volvemos a lo alto de los montes, pero ahora siguiendo meridianas, cordales y extrañas intuiciones que se resumen en visita a lugares con un viento o un sol que lo flipas para encontrar en el terreno leves oscilaciones del suelo que son recibidas con exultantes exclamaciones y sus consiguientes elucubraciones debatidas en tiempo real por whatsapp.
Fotográficamente en todos los casos ésto ha significado que con mi nikon he debido aprender a ver murallas y parapetos en medio de frondosa vegetación u homogéneas laderas de piedras.
A punto tal de que a veces me siento una loca desquiciada que va por las carreteras mirando el territorio mientras decodifico lo que veo, Hierro I, Calcolítico, Bronce, Tardo Antiguo, Alto Medieval, Suevo, Romano…
Si algo ha habido también en común es la constante práctica de la toxoterapia, una técnica que reactiva la circulación a base de caminar por senderos llenos de espinas, ortigas y garrapatas, lo que ha derivado en mi estilo de vestir diario, pantalón y glamurosas faldas largas que cubren mis atormentadas piernas.
Y en éstos años también he ido atesorando un collar maravilloso de historias escuchadas en los caminos, las aldeas, las casas, las cocinas.
Historias entregadas con generosidad.
Historias que asoman en cada fotografía, nombre, carpeta.
Desde los tiempos en que el mapa era un tocho de espiral que siempre tenía lo que buáscabamos en el límite de la página siguiente, a un GPS que funcionaba con mil satélites y que pesaba un quintal, a la libreta con el dibujo a bolígrafo del camino, desde el megan azul al carromato de hoy.
Desde la Panasónic lumix a la D800, desde el motorola al huawei (Gago) apple (Sole)
Distintos modelos de grabadoras, talkies, cámaras de vídeo, trípodes, drones…
Decenas de botas de goretex, cientos de gigas de fotos.
Libros, exposiciones, espectáculos, charlas…


Si en una etapa aprendí a leer las piedras en otra a seguir la línea de los ríos desde lo alto de los montes para visualizar ataques que llegaban desde otros mares, en otras aprendí a diferenciar el suelo que se ocupó del que no pisó casi nadie, la diferencia entre una vivienda y un refugio o cuando un refugio se volvía vivienda, o cuando el monte era un refugio y el río una salida.
Un día, no se muy bien cuando, en mi vida se unieron, una fotografía que me enseñó hace mil años Julio Elizalde en sus clases de historia del arte y la realidad.
Fue la prueba concluyente de que los sueños pueden hacerse realidad. Y así por entre todas las etapas se sumó por siempre el románico.
Y entonces la piedra comenzó a hablarme con otro acento.
Con la dicción clara de quien tiene un plan y los susurros del humor de los que querían contar otras cosas entre líneas.
Hace muchos años caminamos por el Monte da Lebre, na procura de otra parte de la leyenda de San Gonzalo.
Luego bajamos a la catedral, pero no pudimos entrar.
Por fin se dio el momento del banquete y la pude disfrutar como me gusta.
AGF significa años de los Gago Felloza. A saber los tiempos que se nos vienen 🙂

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