Soy una miedosa.Mucho.Demasiado.Tengo miedo de hablar y decir un disparate,tengo miedo cada vez que me pongo al borde de un escenario y el monstruo de mil cabezas espera una palabra.Tengo miedo a la oscuridad,a la muerte,a las cuevas.Tengo miedo a romperme un brazo y escuchar como suena el hueso.Tengo miedo a olvidar todos los cuentos que me se,todas las palabras que saboreo.Tengo miedo a que no me quiera quien mas quiero,a no dejar huella en los demas,a ser invisible.Tengo miedo a que mi lengua no descubra nuevos sabores y a que mis oidos no escuchen nuevos sonidos.
Toda mi vida he tenido miedo al agua y a los coches a toda velocidad.
Ayer aprendi a hacer virajes en la piscina,mi cuerpo giró en el agua,mis pies patearon la pared y me impulsé lejos.Al principio el agua entro por mi nariz y el «raspor» que sentí tras el paladar fue desagradable y vivificante,una y otra vez,hasta que salió.Luego boca abajo para girar y lanzarme de espàldas,mis manos apoyadas en el frio mosaico y mi cuerpo flecha arrastrandose por la superficie,mis brazos estirados tras mis orejas,una conciencia enorme de cuan larga puedo ser.
Hoy volvía de Coruña,69 km por autopista,la lluvia caía mansa,el limpiaparabrisas iba al compas de Baby superstar,los coches pasaban a mi lado sin respetar los limites de velocidad y alli iba yo,a 119,cantando y sintiendo una alegria rara.La de darme cuenta que era yo la que iba relajada,cantando,recordando la cara de mis niños hoy en la contada.Frente a tantos días de no,hoy,ayer fueron días de si.
Por unas horas no he tenido miedo y sigo viva.

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