Primer día de camping, sobre el Tirreno, el arrullo de las olas meciéndonos, pero la naturaleza en toda su normativa, me despierta a las seis de la mañana para ir al baño. A mi regreso, un ruido en medio del amanecer, llama mi atención. No doy crédito y despierto a mi chico, al decirle lo que ven mis ojos, me pregunta si estoy despierta, sale el también de la tienda y boquiabiertos vemos a una LLAMA que se come tranquilamente las hojas del árbol que nos cobija.
Si, Rivabella, tiene, dos lagos, playas blancas eternas, a diez metros del mar, patos, cisnes, arrendajos, erizos, burros y decenas de llamas que se relacionan con los niños y adultos de manera natural. Ah, y el sitio esta regenteado por una familia de bereberes. Les prometo que estuve en Córcega

4 thoughts on “La llama que llama

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