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Quién de pequeño no tuvo, luego de algún berrinche que mereció una penitencia «horrible», la fantasía de cambiar a sus padres por otros? Unos padres perfectos, segun nuestra vision infantil, que te prepararan solo la comida que te gustaba, que no trabajaran, que tuvieran todo el tiempo para jugar contigo?
Eso es lo que se encuentra Coraline, una niña que se muda a una casa de muchas puertas. Trece se abren muy bien, pero la decimocuarta esconde un mundo secreto, increíble.Si quiere ser dueña de esos juguetes fantásticos, de esa comida deliciosa y de esos padres «adorables», solo debe cerrar la puerta y no regresar a su casa. A su vida aburrida, porque todo el día deámbula sola ya que sus padres trabajan demasiado, a sus conversaciónes raras con dos viejas actrices ancladas en glorias pasadas y a los comentarios misteriosos de un viejo domador de ratones.Se trata de valorar lo que tenemos o correr tras un espejismo. Una historia de fantasía con un amor muy real y una crítica certera a las relaciones que hoy en día los tiempos laborales hacen establecer entre padres e hijos. Encontrar en él un lazo de comunicación lo trasforma en otro buen cuento para estos días venideros.Neil Gaiman, como siempre mueve los hilos magistralmente.

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