No iba a decir nada, pero después de lo alucinada que quedé en la floristería, o digo algo o reviento.
Una señora pide un ramo para mandar al tanatorio y la dependienta responde:
-Que pena! si lo mandaras el viernes tenías un 30% de descuento por el black friday…
Se nos ha ido la olla mucho, pero mucho.
Es cierto que a nadie le viene mal un descuento, pero la pregunta es, realmente necesitas gastar, hoy o toda esta semana, como si no hubiera un futuro? De verdad te crees eso de compro ahora para ahorrar para Navidades, cuando todos sabemos que en unos días andaremos de compras de nuevo?
Toca pensar que nuestro consumo siempre significa el sobre esfuerzo o incluso la esclavitud laboral de alguien, aqui o en la otra punta del mundo.
Y hablando de esclavitud, esta fecha no se salva de la moda de los bulos. Desde hace años, circula, antes de forma oral y con las redes sociales, de forma virtual, la idea de que la fecha negra de marras viene de como la subasta de negros era más barata al día siguiente de Acción de Gracias, otra cosa que ya andan algunos centros comerciales intentando traer a nuestras tierras poniendo el pavo de oferta!
Pero a lo que iba, los esclavos solo se rebajaban (si asumimos que la esclavitud no es la forma mas sublime de rebajación humana) cuando tenían «defectos» que los volvían poco útiles como trabajadores o parideras de más esclavos.
No hay ningún documento que dé veracidad a ésta historia.
Porque nos guste o no, la fecha, es empresa, capital, consumismo puro y duro desde el vamos. Ni siquiera tiene una buena historia para justificar su existencia, nada más que un mes de números rojos que se vuelven negros cuando el día de Acción de Gracias pasa de ser una fecha de recogimiento a un despropósito de gasto.
En días en que el negro debería ser sinónimo de la lucha contra la violencia machista, hay comercios que la vuelven su bandera del descuento .
Lo triste es que lo único que estamos descontando es humanidad, sentido común, memoria, identidad…
Esto no habrá empezado con una subasta de esclavos, pero nos vuelve a todos esclavos de la estupidez.

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