Me encanta esta mujer. Me cabreo muchas veces cuando se mencionan con admiración nombres de cocineros, todos tíos y su nombre se silencia.
Asi que leer que su Sant Pau de Tokio ha recibido dos estrellas Michelin, me parece una alegria que empuja el día de hoy a rodar de maravillas.
Aunque parezca increíble,la ciudad con mas galardonados,no es Paris,es Tokio…191,nada mas y nada menos.
Además del Sant Pau, ha sido merecedor de una estrella Michelin el restaurante Ogasawara Hakushakutei, situado en uno de los inmuebles más antiguos de Tokio, de 1927, y que presenta una oferta de cocina española contemporánea del chef Junichi Nishimura.
Estos dos restaurantes son los únicos que ofrecen cocina española que han sido premiados,casi un 40% de la cocina que se degusta en los mas de 160.000 establecimientos de la capital nipona, es francesa y el resto, japonesa.
Se que Sant Pol de Mar queda mas cerca,pero ya puestos, estoy por pedir de regalo de Navidad pasar por Tokio a catar de cerca las estrellas. Por soñar que es gratis que no sea.
Hola Sole.
Hay que darle un aplasusa a Ruscadellas, lo merece ybien.
Pero es verdad que no dan publicidad a las mujeres en cocina, al menos no tanta como a los hombres.
En el certamen nacional de cocina, del mes pasado, ganó una alumna nuestra, una mujer de 23 años, que se alzó con el laurel de oro, por encima de todos los hombres participantes, para colmo, el segundo puesto fué para una chica de Madrid.
Eran las 2 únicas mujeres que competían en el campeonato nacional, y no pudieron quedar mejor situadas.
Pues bién, la prensa no se «cebó» con ellas como era de esperar, no al menos de la misma forma en que otros años lo han hecho con campeones masculinos.
¿porque?
¿seguiremos durante mucho tiempo, dando a entender al resto de la humanidad que «existimos»?
Pese a que no soy nada feminista, tampoco soy defensora de los hombres, me quedo con la igualdad al 50%, en todo aquello en que se pueda dar.
Ruscadellas es un buen ejemplo.
Mi alumna, Isabel Portela, es otro.
Tu, yo y muchas mas, somos otro.
Y así seguiremos por siempre jamás.
Elena
Hola Sole.
Hay que darle un aplasusa a Ruscadellas, lo merece ybien.
Pero es verdad que no dan publicidad a las mujeres en cocina, al menos no tanta como a los hombres.
En el certamen nacional de cocina, del mes pasado, ganó una alumna nuestra, una mujer de 23 años, que se alzó con el laurel de oro, por encima de todos los hombres participantes, para colmo, el segundo puesto fué para una chica de Madrid.
Eran las 2 únicas mujeres que competían en el campeonato nacional, y no pudieron quedar mejor situadas.
Pues bién, la prensa no se «cebó» con ellas como era de esperar, no al menos de la misma forma en que otros años lo han hecho con campeones masculinos.
¿porque?
¿seguiremos durante mucho tiempo, dando a entender al resto de la humanidad que «existimos»?
Pese a que no soy nada feminista, tampoco soy defensora de los hombres, me quedo con la igualdad al 50%, en todo aquello en que se pueda dar.
Ruscadellas es un buen ejemplo.
Mi alumna, Isabel Portela, es otro.
Tu, yo y muchas mas, somos otro.
Y así seguiremos por siempre jamás.
Elena
Hola Sole.
Hay que darle un aplasusa a Ruscadellas, lo merece ybien.
Pero es verdad que no dan publicidad a las mujeres en cocina, al menos no tanta como a los hombres.
En el certamen nacional de cocina, del mes pasado, ganó una alumna nuestra, una mujer de 23 años, que se alzó con el laurel de oro, por encima de todos los hombres participantes, para colmo, el segundo puesto fué para una chica de Madrid.
Eran las 2 únicas mujeres que competían en el campeonato nacional, y no pudieron quedar mejor situadas.
Pues bién, la prensa no se «cebó» con ellas como era de esperar, no al menos de la misma forma en que otros años lo han hecho con campeones masculinos.
¿porque?
¿seguiremos durante mucho tiempo, dando a entender al resto de la humanidad que «existimos»?
Pese a que no soy nada feminista, tampoco soy defensora de los hombres, me quedo con la igualdad al 50%, en todo aquello en que se pueda dar.
Ruscadellas es un buen ejemplo.
Mi alumna, Isabel Portela, es otro.
Tu, yo y muchas mas, somos otro.
Y así seguiremos por siempre jamás.
Elena
Perdón, quise decir «aplauso», no aplausura.
Perdón, quise decir «aplauso», no aplausura.
Perdón, quise decir «aplauso», no aplausura.
SOle, hablando de mujeres…
He recibido por e-mail este texto, desconozco la autora del mismo, pero es genial, asi que aquí está.
Las mujeres somos víctimas de un complot urdido por mentes perversas que se reúnen en un lugar secreto y deciden lo que ellos llaman «tendencias de moda». ¿Quiénes son? ¿Cómo lo hacen? Yo me imagino que llega Paco Rabanne y dice:
– «Veo… veo que este año se va a llevar el azul petróleo.»
Y saltan a dúo Victorio y Lucchino:
– «Eso, eso. Y los jerseys sin mangas, pero de cuello alto ¡y que se
jodan!»
Y date por jodida. Porque la moda no es una industria, es una secta
dirigida por maricones. Y de esos seres que nos odian ¿qué podemos
esperar?… Si nos hacen ir con esos pantalones que se abrochan en la
rabadilla y nos hacen creer que vamos bien (creo que lo hacen para que
luzcamos esos ridículos tangas que tanto molestan), o con esos otros
pantalones de pata tan larga que van limpiando las aceras.
¿Ustedes saben lo que son las fashion victims? Son las mujeres que han
caído en sus redes y ya no pueden escapar. Esas que cuando se acercan a
un escaparate oyen voces en su cabeza: «…el poder de la moda te
obliga, el poder de Dior te gobierna…». Yo me di cuenta del poder que
realmente tiene esta secta cuando intenté comprarme un vestido rojo.
Parece fácil, ¿verdad? Un vestido rojo. ¡Pues no! Porque las tiendas
están en el ajo! Son las representantes de Dior en la tierra. Y claro,
llego yo y le digo a la dependienta:
– «Buscaba un vestido rojo».
Y me suelta:
– «¿Rojo? Este año no viene nada en rojo. Este año viene en azul petróleo.
– ¿Y eso rojo de ahí?
– Eso es la funda del extintor, pero si quieres te la saco.
Así es como empiezan las sectas: anulando tu voluntad. Porque de repente me veo diciendo:
– Vale, sácame uno azul petróleo de la 38.
Y en ese momento la dependienta me mira como se mira un Fiat Panda desde un todoterreno:
– ¿La 38? Tú estarás entre la 40 y la 42.
Claro, yo la miré a ella como diciendo: «Y tú estarás entre gilipollas y
tonta del culo». Pero le dije:
– «Perdona, yo soy una 38».
– «No, si ya, pero es que este año viene la 38 ceñida, ¿sabes?»
Y es que ese es el segundo paso de la estrategia de la secta; disminuir
tu autoestima para poder dominarte mejor. Ahí yo me dije: «con esto no
me pillan, yo me pruebo la 38 aunque me la tenga que meter a rosca. Y
claro, te miras al espejo y ves lo que ves: una morcilla. Una morcilla
azul petróleo. Y digo yo, si en todo el mundo un metro es un metro y un
kilo es un kilo, por qué la talla 38 no es siempre la talla 38? Tú vas
al Carrefour y la talla 38 se la puede poner King África y sin embargo
te vas a Versace y la 38 no se la pone ni Melody.
Total, que hice lo que hacemos todas: llevármelo. Sí, porque pensé lo
que pensamos todas: «así me obligo a adelgazar…» ¿Seremos idiotas? A
las dos semanas te estás obligando a regalárselo a tu sobrina. Es como
comprarte unos zapatos del 34 para obligarte a que te encoja el pie.
Pero es que ese es otro de los síntomas de que estás entrando en la
secta: someterte voluntariamente al sufrimiento físico. Aunque a veces,
cuando todavía no estás abducida del todo, consigues tener un momento de lucidez y decir: «no, no me lo llevo». Y entonces esa enviada del mal
que es la dependienta te dice la frase definitiva:
– «Llévatelo, no seas boba, que lo puedes devolver».
Y te lo compras. Como lo puedes devolver… Eso es como comerte un trozo de moqueta; como lo puedes devolver! Así que me voy a casa con mi vestido azul petróleo de la 38.
Me lo pongo y le pregunto a mi marido:
– «¿Cómo me queda?»
– «Pequeño»
– «¿Sí? ¿Me marca mucho?»
– «Te va a hacer llagas»
Ahí me dije: «Tere, modérate». Esta es otra prueba. La secta de la moda
quiere que rompas lazos con tu entorno. Pues no van a poder conmigo. Me lancé a la calle y no paré hasta que encontré el único vestido rojo que
quedaba en toda la ciudad. Cuando lo vi, dije: «Me lo compro, que le den
a Paco Rabanne! Y que Victorio le dé a Lucchino!» Y salí de la tienda
triunfante con mi vestido rojo. Pero la alegría me duró dos escaparates.
Es algo que nos pasa a todas las mujeres. De repente, se te viene el
mundo encima. «Coño, y qué hago yo con un vestido rojo, si este año lo
que se lleva es el azul petróleo?» Oye, que no pude pegar ojo en toda la
noche. Tuve unas pesadillas… Estaba yo en una misa negra, atada de
pies y manos y los grandes gurús de la moda rodeándome como en
Poltergeist diciendo: «Tereee… ven hacia el glamouurrrrr…» Total,
que me desperté empapada en sudor y dije: «Vale, está bien! Me rindo.»
Me unté entera con vaselina para que me entrara el traje y me presenté
en la boda de mi amiga Jessi vestida de azul petróleo.
Cuando llegué a la iglesia me encontré que íbamos todas iguales… Allí
había más azul petróleo que en una playa del Golfo Pérsico. Ahí te das
cuenta de que te han captado, has entrado en la secta y a partir de ese
momento honrarás a Victorio y Lucchino, no nombrarás a Channel en vano y amarás a Dior sobre todas las cosas.
P.D.: ¿Alguien me puede explicar qué coño es el color «azul petróleo»?
Tardé siglos en comprender que las cosas pueden ser de color buganvilla,
no me jodáis ahora con el petróleo, por favor!!! El petróleo es negro
como los cojones de un grillo (y perdón por la expresión…)
SOle, hablando de mujeres…
He recibido por e-mail este texto, desconozco la autora del mismo, pero es genial, asi que aquí está.
Las mujeres somos víctimas de un complot urdido por mentes perversas que se reúnen en un lugar secreto y deciden lo que ellos llaman «tendencias de moda». ¿Quiénes son? ¿Cómo lo hacen? Yo me imagino que llega Paco Rabanne y dice:
– «Veo… veo que este año se va a llevar el azul petróleo.»
Y saltan a dúo Victorio y Lucchino:
– «Eso, eso. Y los jerseys sin mangas, pero de cuello alto ¡y que se
jodan!»
Y date por jodida. Porque la moda no es una industria, es una secta
dirigida por maricones. Y de esos seres que nos odian ¿qué podemos
esperar?… Si nos hacen ir con esos pantalones que se abrochan en la
rabadilla y nos hacen creer que vamos bien (creo que lo hacen para que
luzcamos esos ridículos tangas que tanto molestan), o con esos otros
pantalones de pata tan larga que van limpiando las aceras.
¿Ustedes saben lo que son las fashion victims? Son las mujeres que han
caído en sus redes y ya no pueden escapar. Esas que cuando se acercan a
un escaparate oyen voces en su cabeza: «…el poder de la moda te
obliga, el poder de Dior te gobierna…». Yo me di cuenta del poder que
realmente tiene esta secta cuando intenté comprarme un vestido rojo.
Parece fácil, ¿verdad? Un vestido rojo. ¡Pues no! Porque las tiendas
están en el ajo! Son las representantes de Dior en la tierra. Y claro,
llego yo y le digo a la dependienta:
– «Buscaba un vestido rojo».
Y me suelta:
– «¿Rojo? Este año no viene nada en rojo. Este año viene en azul petróleo.
– ¿Y eso rojo de ahí?
– Eso es la funda del extintor, pero si quieres te la saco.
Así es como empiezan las sectas: anulando tu voluntad. Porque de repente me veo diciendo:
– Vale, sácame uno azul petróleo de la 38.
Y en ese momento la dependienta me mira como se mira un Fiat Panda desde un todoterreno:
– ¿La 38? Tú estarás entre la 40 y la 42.
Claro, yo la miré a ella como diciendo: «Y tú estarás entre gilipollas y
tonta del culo». Pero le dije:
– «Perdona, yo soy una 38».
– «No, si ya, pero es que este año viene la 38 ceñida, ¿sabes?»
Y es que ese es el segundo paso de la estrategia de la secta; disminuir
tu autoestima para poder dominarte mejor. Ahí yo me dije: «con esto no
me pillan, yo me pruebo la 38 aunque me la tenga que meter a rosca. Y
claro, te miras al espejo y ves lo que ves: una morcilla. Una morcilla
azul petróleo. Y digo yo, si en todo el mundo un metro es un metro y un
kilo es un kilo, por qué la talla 38 no es siempre la talla 38? Tú vas
al Carrefour y la talla 38 se la puede poner King África y sin embargo
te vas a Versace y la 38 no se la pone ni Melody.
Total, que hice lo que hacemos todas: llevármelo. Sí, porque pensé lo
que pensamos todas: «así me obligo a adelgazar…» ¿Seremos idiotas? A
las dos semanas te estás obligando a regalárselo a tu sobrina. Es como
comprarte unos zapatos del 34 para obligarte a que te encoja el pie.
Pero es que ese es otro de los síntomas de que estás entrando en la
secta: someterte voluntariamente al sufrimiento físico. Aunque a veces,
cuando todavía no estás abducida del todo, consigues tener un momento de lucidez y decir: «no, no me lo llevo». Y entonces esa enviada del mal
que es la dependienta te dice la frase definitiva:
– «Llévatelo, no seas boba, que lo puedes devolver».
Y te lo compras. Como lo puedes devolver… Eso es como comerte un trozo de moqueta; como lo puedes devolver! Así que me voy a casa con mi vestido azul petróleo de la 38.
Me lo pongo y le pregunto a mi marido:
– «¿Cómo me queda?»
– «Pequeño»
– «¿Sí? ¿Me marca mucho?»
– «Te va a hacer llagas»
Ahí me dije: «Tere, modérate». Esta es otra prueba. La secta de la moda
quiere que rompas lazos con tu entorno. Pues no van a poder conmigo. Me lancé a la calle y no paré hasta que encontré el único vestido rojo que
quedaba en toda la ciudad. Cuando lo vi, dije: «Me lo compro, que le den
a Paco Rabanne! Y que Victorio le dé a Lucchino!» Y salí de la tienda
triunfante con mi vestido rojo. Pero la alegría me duró dos escaparates.
Es algo que nos pasa a todas las mujeres. De repente, se te viene el
mundo encima. «Coño, y qué hago yo con un vestido rojo, si este año lo
que se lleva es el azul petróleo?» Oye, que no pude pegar ojo en toda la
noche. Tuve unas pesadillas… Estaba yo en una misa negra, atada de
pies y manos y los grandes gurús de la moda rodeándome como en
Poltergeist diciendo: «Tereee… ven hacia el glamouurrrrr…» Total,
que me desperté empapada en sudor y dije: «Vale, está bien! Me rindo.»
Me unté entera con vaselina para que me entrara el traje y me presenté
en la boda de mi amiga Jessi vestida de azul petróleo.
Cuando llegué a la iglesia me encontré que íbamos todas iguales… Allí
había más azul petróleo que en una playa del Golfo Pérsico. Ahí te das
cuenta de que te han captado, has entrado en la secta y a partir de ese
momento honrarás a Victorio y Lucchino, no nombrarás a Channel en vano y amarás a Dior sobre todas las cosas.
P.D.: ¿Alguien me puede explicar qué coño es el color «azul petróleo»?
Tardé siglos en comprender que las cosas pueden ser de color buganvilla,
no me jodáis ahora con el petróleo, por favor!!! El petróleo es negro
como los cojones de un grillo (y perdón por la expresión…)
SOle, hablando de mujeres…
He recibido por e-mail este texto, desconozco la autora del mismo, pero es genial, asi que aquí está.
Las mujeres somos víctimas de un complot urdido por mentes perversas que se reúnen en un lugar secreto y deciden lo que ellos llaman «tendencias de moda». ¿Quiénes son? ¿Cómo lo hacen? Yo me imagino que llega Paco Rabanne y dice:
– «Veo… veo que este año se va a llevar el azul petróleo.»
Y saltan a dúo Victorio y Lucchino:
– «Eso, eso. Y los jerseys sin mangas, pero de cuello alto ¡y que se
jodan!»
Y date por jodida. Porque la moda no es una industria, es una secta
dirigida por maricones. Y de esos seres que nos odian ¿qué podemos
esperar?… Si nos hacen ir con esos pantalones que se abrochan en la
rabadilla y nos hacen creer que vamos bien (creo que lo hacen para que
luzcamos esos ridículos tangas que tanto molestan), o con esos otros
pantalones de pata tan larga que van limpiando las aceras.
¿Ustedes saben lo que son las fashion victims? Son las mujeres que han
caído en sus redes y ya no pueden escapar. Esas que cuando se acercan a
un escaparate oyen voces en su cabeza: «…el poder de la moda te
obliga, el poder de Dior te gobierna…». Yo me di cuenta del poder que
realmente tiene esta secta cuando intenté comprarme un vestido rojo.
Parece fácil, ¿verdad? Un vestido rojo. ¡Pues no! Porque las tiendas
están en el ajo! Son las representantes de Dior en la tierra. Y claro,
llego yo y le digo a la dependienta:
– «Buscaba un vestido rojo».
Y me suelta:
– «¿Rojo? Este año no viene nada en rojo. Este año viene en azul petróleo.
– ¿Y eso rojo de ahí?
– Eso es la funda del extintor, pero si quieres te la saco.
Así es como empiezan las sectas: anulando tu voluntad. Porque de repente me veo diciendo:
– Vale, sácame uno azul petróleo de la 38.
Y en ese momento la dependienta me mira como se mira un Fiat Panda desde un todoterreno:
– ¿La 38? Tú estarás entre la 40 y la 42.
Claro, yo la miré a ella como diciendo: «Y tú estarás entre gilipollas y
tonta del culo». Pero le dije:
– «Perdona, yo soy una 38».
– «No, si ya, pero es que este año viene la 38 ceñida, ¿sabes?»
Y es que ese es el segundo paso de la estrategia de la secta; disminuir
tu autoestima para poder dominarte mejor. Ahí yo me dije: «con esto no
me pillan, yo me pruebo la 38 aunque me la tenga que meter a rosca. Y
claro, te miras al espejo y ves lo que ves: una morcilla. Una morcilla
azul petróleo. Y digo yo, si en todo el mundo un metro es un metro y un
kilo es un kilo, por qué la talla 38 no es siempre la talla 38? Tú vas
al Carrefour y la talla 38 se la puede poner King África y sin embargo
te vas a Versace y la 38 no se la pone ni Melody.
Total, que hice lo que hacemos todas: llevármelo. Sí, porque pensé lo
que pensamos todas: «así me obligo a adelgazar…» ¿Seremos idiotas? A
las dos semanas te estás obligando a regalárselo a tu sobrina. Es como
comprarte unos zapatos del 34 para obligarte a que te encoja el pie.
Pero es que ese es otro de los síntomas de que estás entrando en la
secta: someterte voluntariamente al sufrimiento físico. Aunque a veces,
cuando todavía no estás abducida del todo, consigues tener un momento de lucidez y decir: «no, no me lo llevo». Y entonces esa enviada del mal
que es la dependienta te dice la frase definitiva:
– «Llévatelo, no seas boba, que lo puedes devolver».
Y te lo compras. Como lo puedes devolver… Eso es como comerte un trozo de moqueta; como lo puedes devolver! Así que me voy a casa con mi vestido azul petróleo de la 38.
Me lo pongo y le pregunto a mi marido:
– «¿Cómo me queda?»
– «Pequeño»
– «¿Sí? ¿Me marca mucho?»
– «Te va a hacer llagas»
Ahí me dije: «Tere, modérate». Esta es otra prueba. La secta de la moda
quiere que rompas lazos con tu entorno. Pues no van a poder conmigo. Me lancé a la calle y no paré hasta que encontré el único vestido rojo que
quedaba en toda la ciudad. Cuando lo vi, dije: «Me lo compro, que le den
a Paco Rabanne! Y que Victorio le dé a Lucchino!» Y salí de la tienda
triunfante con mi vestido rojo. Pero la alegría me duró dos escaparates.
Es algo que nos pasa a todas las mujeres. De repente, se te viene el
mundo encima. «Coño, y qué hago yo con un vestido rojo, si este año lo
que se lleva es el azul petróleo?» Oye, que no pude pegar ojo en toda la
noche. Tuve unas pesadillas… Estaba yo en una misa negra, atada de
pies y manos y los grandes gurús de la moda rodeándome como en
Poltergeist diciendo: «Tereee… ven hacia el glamouurrrrr…» Total,
que me desperté empapada en sudor y dije: «Vale, está bien! Me rindo.»
Me unté entera con vaselina para que me entrara el traje y me presenté
en la boda de mi amiga Jessi vestida de azul petróleo.
Cuando llegué a la iglesia me encontré que íbamos todas iguales… Allí
había más azul petróleo que en una playa del Golfo Pérsico. Ahí te das
cuenta de que te han captado, has entrado en la secta y a partir de ese
momento honrarás a Victorio y Lucchino, no nombrarás a Channel en vano y amarás a Dior sobre todas las cosas.
P.D.: ¿Alguien me puede explicar qué coño es el color «azul petróleo»?
Tardé siglos en comprender que las cosas pueden ser de color buganvilla,
no me jodáis ahora con el petróleo, por favor!!! El petróleo es negro
como los cojones de un grillo (y perdón por la expresión…)
Ay madre mía como somos
Menos mal que nos podemos reir de nuestras locuras.
Lo que me causa menos gracia es que gran parte de este texto es un trozo de un espectáculo que tengo en Circuito de Teatro.
En fin lo que se crea…
Un besito
Ay madre mía como somos
Menos mal que nos podemos reir de nuestras locuras.
Lo que me causa menos gracia es que gran parte de este texto es un trozo de un espectáculo que tengo en Circuito de Teatro.
En fin lo que se crea…
Un besito
Ay madre mía como somos
Menos mal que nos podemos reir de nuestras locuras.
Lo que me causa menos gracia es que gran parte de este texto es un trozo de un espectáculo que tengo en Circuito de Teatro.
En fin lo que se crea…
Un besito
Yo también me considero una gran defensora de la igualdad y por eso mismo no entiendo ciertas cosas a la hora de difundir los valores de la cocina. Es como si mientras fuimos nosotras las que estuvimos en los fogones,la comida era algo que se devoraba y ya,pero llegaron los hombres y ahora cocinar es glamuroso.
No es tan simple como lo enuncio, el tema da para tres días,pero estoy tan cansada que mejor dormir y charlar con calma del tema.
Un besito y ánimo a tu alumna
Yo también me considero una gran defensora de la igualdad y por eso mismo no entiendo ciertas cosas a la hora de difundir los valores de la cocina. Es como si mientras fuimos nosotras las que estuvimos en los fogones,la comida era algo que se devoraba y ya,pero llegaron los hombres y ahora cocinar es glamuroso.
No es tan simple como lo enuncio, el tema da para tres días,pero estoy tan cansada que mejor dormir y charlar con calma del tema.
Un besito y ánimo a tu alumna
Yo también me considero una gran defensora de la igualdad y por eso mismo no entiendo ciertas cosas a la hora de difundir los valores de la cocina. Es como si mientras fuimos nosotras las que estuvimos en los fogones,la comida era algo que se devoraba y ya,pero llegaron los hombres y ahora cocinar es glamuroso.
No es tan simple como lo enuncio, el tema da para tres días,pero estoy tan cansada que mejor dormir y charlar con calma del tema.
Un besito y ánimo a tu alumna
Ya hablaremos el sábado, pero si el texto es de una obra tuya, ¿como está circulando por los blogs?
Ya hablaremos el sábado, pero si el texto es de una obra tuya, ¿como está circulando por los blogs?
Ya hablaremos el sábado, pero si el texto es de una obra tuya, ¿como está circulando por los blogs?
te voy a marear de tanto escribirte en tu blog, pero me acaban de llegar parte de los resultados de la michelin, ahí te van.
3 estrellas: EL BULLI, CAN FABES, SANT PAU, ARZAK, MARTÍN BERASATEGUI y AKELARRE.
2 estrellas: TRISTÁN, ATRIO, EL POBLET, MUGARITZ, EL CELLER DE CAN ROCA , LA BROCHE, SANTCELONI, ZUBEROA, LA ALQUERÍA y, como novedad, ABAC (Barcelona).
1 estrella: Hay 108 en total. Los nuevos:
En Cataluña: COMERÇ 24 (Barcelona), EL CASALS (Sagás, Barcelona) y MASSANA (Gerona).
En el País Vasco: KOKOTXA y KURSAAL (San Sebastián), y AZURMENDI (Larrabetzu, Bilbao).
En Galicia: YAYO DAPORTA (Cambados) y RETIRO DA COSTIÑA (Santa Comba, La Coruña).
En Castilla y León: VILLENA (Segovia) y RAMIRO’S (Valladolid).
En Madrid: EL CLUB ALLARD
En la Comunidad Valenciana: ARROP (Gandía)
En Navarra: EL MOLINO DE URDÁNIZ (Urdaiz)
En Andalucía: CALIMA (Marbella)
Pierden su estrella LA CASA DEL ABAD (Ampudia, Palencia); ALDEBARÁN (Badajoz); KOLDO ROYO (Palma de Mallorca); GALLERY PALADARES (Gijón); CARBALLEIRA (Lérida); MESANA (Marbella); CASA D’A TROYA (Madrid) y CHEZ VÍCTOR (Salamanca).
te voy a marear de tanto escribirte en tu blog, pero me acaban de llegar parte de los resultados de la michelin, ahí te van.
3 estrellas: EL BULLI, CAN FABES, SANT PAU, ARZAK, MARTÍN BERASATEGUI y AKELARRE.
2 estrellas: TRISTÁN, ATRIO, EL POBLET, MUGARITZ, EL CELLER DE CAN ROCA , LA BROCHE, SANTCELONI, ZUBEROA, LA ALQUERÍA y, como novedad, ABAC (Barcelona).
1 estrella: Hay 108 en total. Los nuevos:
En Cataluña: COMERÇ 24 (Barcelona), EL CASALS (Sagás, Barcelona) y MASSANA (Gerona).
En el País Vasco: KOKOTXA y KURSAAL (San Sebastián), y AZURMENDI (Larrabetzu, Bilbao).
En Galicia: YAYO DAPORTA (Cambados) y RETIRO DA COSTIÑA (Santa Comba, La Coruña).
En Castilla y León: VILLENA (Segovia) y RAMIRO’S (Valladolid).
En Madrid: EL CLUB ALLARD
En la Comunidad Valenciana: ARROP (Gandía)
En Navarra: EL MOLINO DE URDÁNIZ (Urdaiz)
En Andalucía: CALIMA (Marbella)
Pierden su estrella LA CASA DEL ABAD (Ampudia, Palencia); ALDEBARÁN (Badajoz); KOLDO ROYO (Palma de Mallorca); GALLERY PALADARES (Gijón); CARBALLEIRA (Lérida); MESANA (Marbella); CASA D’A TROYA (Madrid) y CHEZ VÍCTOR (Salamanca).
te voy a marear de tanto escribirte en tu blog, pero me acaban de llegar parte de los resultados de la michelin, ahí te van.
3 estrellas: EL BULLI, CAN FABES, SANT PAU, ARZAK, MARTÍN BERASATEGUI y AKELARRE.
2 estrellas: TRISTÁN, ATRIO, EL POBLET, MUGARITZ, EL CELLER DE CAN ROCA , LA BROCHE, SANTCELONI, ZUBEROA, LA ALQUERÍA y, como novedad, ABAC (Barcelona).
1 estrella: Hay 108 en total. Los nuevos:
En Cataluña: COMERÇ 24 (Barcelona), EL CASALS (Sagás, Barcelona) y MASSANA (Gerona).
En el País Vasco: KOKOTXA y KURSAAL (San Sebastián), y AZURMENDI (Larrabetzu, Bilbao).
En Galicia: YAYO DAPORTA (Cambados) y RETIRO DA COSTIÑA (Santa Comba, La Coruña).
En Castilla y León: VILLENA (Segovia) y RAMIRO’S (Valladolid).
En Madrid: EL CLUB ALLARD
En la Comunidad Valenciana: ARROP (Gandía)
En Navarra: EL MOLINO DE URDÁNIZ (Urdaiz)
En Andalucía: CALIMA (Marbella)
Pierden su estrella LA CASA DEL ABAD (Ampudia, Palencia); ALDEBARÁN (Badajoz); KOLDO ROYO (Palma de Mallorca); GALLERY PALADARES (Gijón); CARBALLEIRA (Lérida); MESANA (Marbella); CASA D’A TROYA (Madrid) y CHEZ VÍCTOR (Salamanca).
Hola Sole coincido contigo, también admiro a esta mujer, realmente me parece que tiene una cocina superlativa.
Hola Sole coincido contigo, también admiro a esta mujer, realmente me parece que tiene una cocina superlativa.
Hola Sole coincido contigo, también admiro a esta mujer, realmente me parece que tiene una cocina superlativa.