Entre el Festival de Los Silos y mudar de casa todas mis pertenencias, las horas para leer son minutos,pero aun asi, hay dos libros que estos días me han encantado
Uno ,”El turno del Escriba” de la argentina Ema Wolf y Graciela Montes, ambas adoradas por mi por su literatura para niños, pero en este caso nos regalan un libro para los mayores atrapante.
En 1298, Rustichello de Pisa vive su decimocuarto año como rehén de guerra de los genoveses.
Este escribano viejo y cansado alguna vez copió manuscritos para las casas reales más grandes de Europa, pero ningún monarca parece ahora interesado en pagar su rescate.
Su destino cambia cuando un nuevo prisionero viene a compartir su celda. Es Marco Polo, el viajero veneciano que llegó a los confines del Oriente. Rustichello adivina enseguida el tesoro que tiene entre manos, y así da comienzo a una epopeya secreta y grandiosa: la redacción, a partir de los relatos de Marco Polo, de una obra que le atraerá de nuevo el favor de los príncipes cristianos, el Libro de las maravillas del mundo.
Esta novela es la recreación de una época fascinante de la humanidad, la de los descubrimientos y la atracción por lo desconocido, que trasciende el marco histórico para convertir su escritura deslumbrante en un acto de libertad, transformando el espacio cerrado del calabozo en un arca donde caben el mundo real y el de los sueños.
El otro libro es de Ignacio Vidal-Folch, “Turistas del Ideal”
Esta novela inicia una trilogía satírica sobre la España contemporánea cuyo segundo volumen tratará el nacionalismo catalán y el tercero la corrupción y el dinero en Madrid.
Para el autor, los intelectuales estilo Victor Hugo ya no existen, ahora lo que pulula son los “mandarines culturales” Con ingredientes de humor negro y sano escepticismo, se explica aquí la historia de Vigil, ese escritor de relatos a lo Agatha Christie, que viaja al país centroamericano de Tierras Calientes para apoyar con su presencia la marcha revolucionaria liderada por su amigo el Capitán, un Che Guevara posmoderno, que se presenta ante el mundo con el rostro siempre cubierto por un capucha y lanzando poéticas soflamas políticas. Allí se encontrará con otros mandarines culturales europeos: un cantautor noctámbulo, con afición a la cocaína y a las mujeres, y un refinado, pomposo y melancólico escritor portugués, todos muy contentos de asistir a las vísperas de la revolución desde la primera fila de platea, o sea, desde la terraza del hotel Savoy. A ellos se unirá una variopinta fauna de “turistas del ideal”: un cineasta hollywoodiense con vocación radical, un cocinero francés antihamburguesa, miembros de varias ONG, organismos internacionales y grupúsculos antisistema… En fin, una sátira rebosante de humor e ingenio, una visión demoledora de eso llamado “los intelectuales progres”.
Turistas del ideal contiene momentos verdaderamente hilarantes, que dejan al descubierto las miserias pseudointelectuales de muchos popes culturales, que –en la novela- resultan no ser otra cosa más que charlatanes hipócritas e iletrados. Esa cosa entre cursi e infame de ciertos creadores de la izquierda pancartera, que arrastran sus agonizantes utopías por las pantallas mediáticas, cobran jugosas subvenciones, y amenizan su triste vida atendiendo a los mismos mediocres patrones burgueses que afirman rechazar. Quizá sea éste el más certero retrato del totalitario filibusterismo cultural que nos invade, ese mandarinato de los adoctrinadores progresistas y progresivos, y las flagrantes y no denunciadas contradicciones entre sus ensueños revolucionarios y su realidad acomodada y burguesa. Y es también una afilada reflexión sobre las posibilidades y limitaciones de la literatura como vehículo de las ideas y medio de transformar el mundo. Por supuesto, lo que queda al descubierto en el libro son las contradicciones entre su presunta ideología resistente y el disfrute sin cortapisas de todo lo mejor que el capitalismo les ofrece. Esos son los turistas del ideal, la casta escogida, los auténticos engagées al modo sartriano. Miserias humanas por doquier, como si hubiese a estas alturas algo nuevo bajo el sol.

Alimento concentrado para la reflexión y la polémica

48 thoughts on “

  1. Benita, amiga cuentera de tierras brasileñas, que me lo diga usted que sabe tanto de libros, me alegra. Ya disfrutaremos de sus conocimientos por la tierra de sus ancestros (Ourense)
    Besos

  2. Benita, amiga cuentera de tierras brasileñas, que me lo diga usted que sabe tanto de libros, me alegra. Ya disfrutaremos de sus conocimientos por la tierra de sus ancestros (Ourense)
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