Mas cosas

Una de las cosas que muchos de los alumnos destacaron, fue la grata sorpresa de escuchar cuentos, diferentes a la idea que ellos tenían. Rieron, se emocionaron y pensaron. Y el comportamiento fue ejemplar, también en El Burgo y en el Carmen Conde, aunque en este último el tiron de orejas se lo debo dar a una profesora. Si, una señora que durante toda la contada, leyó el periódico y que incluso en uno de los momentos mas emotivos, cuando cuento la historia de una niña desaparecida de la dictadura militar uruguaya, se puso a comentar en voz alta a otro profesor algo que leía. Si eso mismo lo hubiera hecho un alumno, lo hubieran sacado de la biblioteca.Con el ejemplo, también se educa.
Por la tarde, curso de adultos. Muy pocos, la mayoría se escapó (los oi desde el baño mientras me cambiaba de ropa) corrían diciendo que ni locos se quedaba a escuchar «cuentitos». Al hablar con las profesoras, comprobamos que el dossier pedagógico del espectáculo, con descripción de los cuentos y biografías de los autores, no había sido leído por ninguna. Por eso cuando los alumnos preguntaban de que se trataba, ellas no sabían explicar. Aun hay mucha gente que piensa que los cuentos son cosa de niños. Y si los profesores no saben trasmitir entusiasmo por la literatura, poco podemos ganar.Pero me quedo con las preguntas que a lo largo de los días me hicieron muchos, sobre que leer, o donde buscar información de tal o cual autor, e incluso hasta el precio. Alguna semilla quedo por ahí.